Los edificios aunque no lo parezca se mueven, a veces poco y a veces más de lo que se espera, cuando un edificio se asienta, pueden existir movimientos del forjado que afectan a los tabiques de la edificación.
Es entonces cuando aparecen una serie de grietas y fisuras las cuales requieren de un tratamiento profesional para que no vuelvan a salir o tarden mucho en hacerlo.
Lo primero es sanear toda la zona, es decir, eliminar aquella parte del enfoscado que se ha desprendido de la fachada pero sin llegar a caer, tenemos que proteger en la parte inferior la vivienda donde puedan caer pequeños desconches o cascotes.
Una vez saneada la zona, aplicaremos un puente de unión para que el nuevo mortero se adhiera sin dificultad a la zona afectada por el empuje de forjado, de esta manera nuestro trabajo quedará impecable, puede ser necesario colocar una pequeña malla de retención.
Ya para finalizar, aplicaremos un fijador para que la pintura se fije sin problemas en toda la zona en la que hemos estado trabajando.
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